Desde hace muchos siglos, Bolonia es famosa por sus embutidos, pero sólo uno se ha hecho tan famoso que se conoce en todo el mundo con el nombre de la ciudad que lo elaboró: la mortadella, conocida por todos como boloñesa.
La importancia comercial de la mortadela en la zona de Bolonia era tan estratégica que, ya en 1661, el cardenal legado que gobernaba la ciudad en nombre del papa Alejandro VII promulgó la primera ley conocida en Italia para proteger y salvaguardar un producto alimenticio.
Se trata de una proclama que establece un sistema preciso de control sobre la elaboración de la mortadela y sus lugares de producción, para proteger el buen nombre de este manjar que ya se decía antiguo en aquella época.
También se establecieron multas y sanciones para quienes produjeran mortadela sin autorización.
No hay otros rastros en Italia de documentos similares más antiguos que protejan una receta alimentaria y su lugar de producción, por lo que la mortadela se convirtió, en 1661, en el primer alimento protegido de la historia.