La historia de Bolonia está llena de encanto, especialmente si hablamos de las bellezas arquitectónicas que la componen.
El punto focal de este concepto se expresa en el centro histórico, un símbolo de su magnificencia.
En el área delimitada por la plaza Maggiore, a través de Rizzoli, la plaza de la Mercanzia, a través de Castiglione, a través de Farini, a la plaza Galvani y a través de dell’Archiginnasio se encuentra el Quadrilatero, un distrito que durante siglos ha sido el corazón de la vida comercial de Bolonia.
Su origen se remonta a la Edad Media, cuando experimentó su mayor esplendor y se llamó Mercato di Mezzo.
En estas calles se conservan los sabores tradicionales de la mesa boloñesa y emiliana, que por la noche se convierten en uno de los lugares más característicos y populares para tomar un aperitivo.
Para los amantes de las tradiciones y los gourmets, no puede perderse la cita con este lugar mágico.